jueves, 27 de mayo de 2010

RAZONES PARA REINICIAR LA HUELGA NACIONAL INDEFINIDA DEL MAGISTERIO PERUANO.

JUAN CONTRERAS T.

Definitivamente, el magisterio peruano no ha logrado articular una barrera solida, capaz de contener las arremetidas antilaborales dictadas por sucesivos gobienos de turno, especialmente desde la promulgacion de la Constitucion fujimorista de 1993.

Esta Carta fue, sin duda, una declaratoria de guerra contra los trabajadores al liquidar la estabilidad laboral encargando a la ley la proteccion frente al despido arbitrario (art. 27) y diseñar una economia de mercado (Titulo III Del Regimen Economico) a favor del poder transnacional otorgando un sinnumero de garantias de inversion, contratos ley inmodificables para el Congreso de la Republica, estabilidad tributaria, concesiones con otorgamiento de derechos reales sobre los recursos naturales, flexibilizacion en las relaciones trabajo, etc.

La Carta de 1993 inauguro otro capitulo en nuestra historia politica sustentado en el establecimiento de un nuevo modelo de dominacion economica y politica que tenia al neoliberalismo como salvador del sistema excluyente y depredador, tras la grave crisis de representacion politica de los 80 y antes con el desmoronamiento del orden oligarquico que Basadre denomino Republica Aristocratica.

Instalada esta carta con el apoyo de la derecha economica y politica, las FF.AA. y la Iglesia, bajo la conduccion del fujimontesinismo, no quedo ningun espacio para otra propuesta politica de poder, sobre todo tras la derrota estrategica del movimiento sindical y popular, en particular desde inicios de los 90.

A mas de una decada y media de la promulgacion de la Carta de 1993, estamos en condiciones de sostener la validez de nuestra hipotesis: La Constitucion de 1993 fue ideada para consolidar intereses del poder transnacional, y, terminar por consolidar el atropello de los derechos de los trabajadores, acentuando las grandes desigualdades en nuestra sociedad. Por ello, decimos que esta carta es, esencialmente, reaccionaria y antidemocratica. Representa la negacion del derecho de los pueblos y naciones del Peru al bienestar, a la integracion, al progreso economico y social, base sobre los cuales es posible proyectar un Estado - Nacion debidamente articulados.

En el caso particular de la Educacion Publica y del magisterio peruano nada se tiene que esperar de esta Carta, fundamento juridico politico a partir del cual se promueven las sucesivas leyes dictadas en la ultima decada. Las Leyes 29062 y 29510, la primera, artifice en la liquidacion de la estabilidad laboral al añadir mayores causales para el despido de los trabajadores de la educacion (art. 36), y la segunda, liberalizadora del trabajo profesional en la educacion (version del cholo barato en este sector) son indicadores de la filosofia de mercado que ha inundado nuestro sistema educativo, contraria al caracter de derecho humano que la Convencion Americana de los Derechos Humanos otorga a la educacion publica.

En ese contexto, la respuesta del sindicato magisterial en la ultima decada ha sido debil, desorganizada, sin propuesta de poder transformador del orden que cuestionamos. No es exagerado entonces sostener que el regimen de Garcia Perez ha doblegado totalmente a Patria Roja, cabeza politica del CEN SUTEP, sometiendola a su dinamica a traves de prebendas y menudas cuotas de poder (PEN, Derrama Magisterial, etc.), o, cuando no, facilitando su incorporacion al sistema de partidos, via inscripcion electoral en el JNE. Como venimos sosteniendo en otros articulos. El modelo politico neoliberal funciona en base a una logica de "oposicion seudo sindical" que juega a "la lucha de clases" sin ninguna otra relevancia politica porque el poder, lo que todo lo decide, corresponde a quienes conjugan poder economico, politico y militar alrededor de sus intereses de clase.

¿Que hacer? Al campo popular le corresponde romper con los esquemas establecidos desde arriba. Desmarcarse de los parametros y la dinamica impuestos desde el poder. Al magisterio peruano, reorientarse, acumular fuerzas, dotarse de una direccion renovada con capacidad de encarar con nuevos brios la gigantesca ofensiva del modelo. La huelga indefinida resulta entonces una prueba de fuego. Pero, sobre todo, una valiosa oportunidad para reengancharse con los intereses del magisterio peruano, ocupando el escenario ilusamentre entregado a la derecha. Definitivamente esto no lo hara Patria Roja. Es la hora del CONARE SUTEP.

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