En el mes del Día del Maestro, y estando a medio año del 2014, se hace necesario hacer una evaluación con respecto a cómo va el movimiento magisterial en cuanto a la dinámica sindical y su perspectiva de lucha. Pero, antes de tocar el tema en concreto, recordaremos algunos antecedentes.
ANTECEDENTES
Teniendo en cuenta que la Constitución apócrifa de 1993, fue hecha a la medida de los sectores de poder económico del país que siempre han estado al servicio de los intereses del imperialismo norteamericano y sus socios los partidos políticos de la derecha, en cualquier momento tendrían que implementar las leyes y normas respectivas, no sólo en el terreno económico y social sino también, en el sector educación; para lo cual tenían que preparar el terreno puesto que hasta entonces el magisterio era un sector muy respetado por los padres de familia y la opinión pública en general. Por dicha razón, al fujimorismo, le fue casi imposible implementar medidas directas en contra de los maestros que conlleven a generar un despido masivo como el que sí sucedió con los empleados estatales de otros ministerios.
Fue entonces que un sector de la derecha neoliberal, supo aprovechar la movilización del pueblo propiciando la caída de la dictadura fujimontesinista pero no del modelo económico que había implementado. A partir de entonces los partidos políticos han seguido los dictados del FMI y el Banco Mundial, es decir mayor sujeción al imperialismo norteamericano.
Por lo tanto, la eliminación de la estabilidad laboral y la anulación de los derechos de los maestros era cuestión de tiempo. Fue entonces que en base a una agresiva campaña mediática, el objetivo de los neoliberales era lograr convencer a los padres de familia, en primera instancia, y a la opinión pública en general que los malos resultados en la evaluación PISA se debe a que “los maestros de la escuela pública no se capacitan y no quieren ser evaluados para mejorar la calidad de la educación”.
Dicha campaña, iniciada por el gobierno de Alejandro Toledo vía Ley de Educación 28044 y consolidada por el gobierno aprista de Alan García a través de la “evaluación censal” y la Ley 29062, fueron la base para hacer tabla rasa de la Ley del Profesorado 24029-25212 y dictar una ley (29944 de Reforma Magisterial) de clara orientación neoliberal.
En realidad, el objetivo mencionado líneas arriba, sólo era un pretexto para lograr uno más importante para el gobierno, es decir, eliminar la única Ley que aún reconocía una serie de derechos respaldados en la Constitución Política de 1979, entre las que destacaban la estabilidad laboral, las bonificaciones en base al sueldo total, evaluaciones no punitivas, etc.
Denigrar al maestro fue la mejor idea que tuvieron los neoliberales para conseguir el apoyo de los padres de familia y la opinión pública y tener el camino libre para eliminar la única Ley ( del Profesorado) que al mantenerse viva representaba el espíritu de la Constitución de 1979.
Frente a lo que hacía la derecha neoliberal unificada, lamentablemente la respuesta del magisterio no fue ni unificada ni contundente; puesto que el CEN SUTEP (dirigida por militantes de patria roja) nunca han tenido una posición firme y consecuente, sino recordemos la famosa Acta de los 40 puntos de Nilver López (hoy dirigente del MAS) con el gobierno toledista, ninguno de esos puntos representaba el cumplimiento de lo derechos consignados en la Ley del Profesorado, tal es así que apenas levantada la huelga del 2003, se promulgaba la Ley de Educación 28044.
Igualmente, cuando Alan García insulta a diestra y siniestra a los maestros y convoca a la evaluación censal, otra vez el CEN SUTEP tuvo una actitud timorata y dejó a los maestros sin una actitud definida frente a lo que hacía Chang y compañía.
Lo sucedido en la huelga del 2012, la historia es cercana y las consecuencias de la misma no son para alegrase, más bien todo lo contrario, son para sentir una gran preocupación por el futuro del magisterio y del comportamiento que adopten los dirigentes de los diferentes gremios magisteriales: CEN SUTEP, FENDEP y CONARE del SUTEP; aunque, claro está, ya existen referencias al respecto.
EL MOVIMIENTO MAGISTERIAL, HOY
Ya en comentarios anteriores, hecho el año pasado y a inicios del presente, manifestaba que la huelga del 2012 podría considerarse como la última medida de lucha de carácter nacional tanto a nivel del CEN del SUTEP como del CONARE SUTEP, puesto que en realidad cada uno hizo su convocatoria aparte y con fechas no coincidentes. El resultado de la misma es harto conocido por todo el magisterio.
Y con respecto a lo acontecido en el 2013, prácticamente ha sido un año sombrío para los maestros. Sólo en algunas regiones del interior del país y algunos sectores de Lima metropolitana se ha tratado de revertir este panorama manteniendo el movimiento de masas activo. En Lima ha sido el SUTE 14 el que ha liderado de manera visible el compromiso de hacer inaplicable la Ley 29944.
En este 2014 se ve la fractura orgánica del magisterio con mayor nitidez y con perspectivas de no retorno a la tan mencionada “organicidad” o “institucionalidad” que los dirigentes del CEN SUTEP lo manifestaban cada vez que al interior del sindicato más numeroso del país surgían las voces discrepantes con la conducción del movimiento.
La naciente Federación Nacional de Educadores del Perú (FENDEP), fundada en el Cusco el mes de diciembre del 2013. puso en jaque al CEN del SUTEP cuando el Ministerio de Trabajo les otorgó el reconocimiento legal con la inscripción en los Registros de organizaciones sindicales.
Esta naciente organización, compuesta en su mayoría por maestros que hasta antes de la huelga del 2012 asistían permanentemente a los eventos del SUTEP pero cuyos planteamientos críticos no eran tomados en cuenta por los dirigentes del CEN, se convirtió en un peligro para los intereses del CEN SUTEP (patria roja=MAS) por seguir administrando la Derrama Magisterial y, además, poder convertirse en un nuevo referente de los maestros del Perú.
Muy diligentes, los miembros del CEN SUTEP, como buenos colaboradores eficaces que son con los gobiernos de turno inmediatamente denunciaron a los dirigentes de la FENDEP como terroristas, senderistas, de pertenecer al movadef y que en sus estatutos mencionaban la lucha de clases y la lucha armada, olvidando cuando Horacio Zevallos arengaba en las asambleas del SUTEP con un fusil de palo. Y como existe una visible cooperación entre patria roja y el gobierno, el Ministerio de Trabajo procedió a anular el Registro de la FENDEP; eso era en el terreno legal.
Confiados en seguir siendo el “único” vocero nacional de los maestros, el CEN del SUTEP convocó a un paro nacional para el 22 de abril pasado con un resultado que ya lo preveíamos; es decir no llegó a ser de dimensión nacional puesto que no fue acatada por la mayoría de los maestros, pese a que en el Cusco y Arequipa contaron con el apoyo de las autoridades de la Regional de Educación, de aparente tendencia hacia el CEN SUTEP, quienes suspendieron las clases ese día. Ahora, si nos remitimos a Lima Metropolitana, la mayoría de maestros de los 20 sectores no acató dicho paro a excepción de algunas bases que aún no se han esclarecido totalmente con respecto al papel que cumplen los seguidores de patria roja en el magisterio.
Igualmente la llamada jornada de lucha del 26 de junio fue otra muestra del poco poder de convocatoria que tiene actualmente el CEN SUTEP, eso lo saben muy bien, es muy posible que lo hicieron con el propósito de difundir tomas fotográficas adecuadas y “demostrar” que están “luchando” por los derechos de los maestros (En el fondo fue para pedir la libertad de su militante del MAS Patria Roja Gregorio Santos procesado por delitos de corrupción). Lamentablemente, para los dirigentes del CEN y, en honor a la verdad los maestros de base parece que tienen otras prioridades en este momento.
Es decir, actualmente, el movimiento magisterial como tal, en lo que respecta a la lucha directa de masas que debería ser la dinámica a desarrollar en este momento, está desarticulada, desmovilizada, sin propuestas claras por parte de los dirigentes para enfrentar las acciones del gobierno en temas que están vinculadas a la implementación de la ley 29944. El fraccionamiento orgánico que sufre el magisterio con la presencia del CEN SUTEP, FENDEP y CONARE del SUTEP, obliga a los maestros de base a tener que tomar decisiones de manera individual, aún a sabiendas que lo que hacen es facilitar la aplicación de la ley 29944.
¿QUÉ HACER?
Asumiendo que el actual fraccionamiento orgánico del SUTEP es inevitable e indetenible, y que las causas se deben a la orientación partidaria (que patria roja) puso en práctica por 40 años, dejando de lado la democracia sindical y olvidándose del frente único, la gran responsabilidad futura recae en los dirigentes de base, en aquellos que representan la reserva moral del magisterio, los que teniendo una filiación político partidaria, actúan honesta y correctamente en función del conjunto de los maestros y no sectariamente y por intereses subalternos.
A partir de ahí hay que ir uniendo coincidencias a través de los Programas, Plataformas y Pliegos de Reclamos. En un comienzo pueden ser acciones de lucha conjuntas, posteriormente, sin prisa pero sin pausa poner las bases para una futura nueva unidad orgánica. El trabajo práctico debe ser el instrumento que mida lo correcto o incorrecto del proceder de cada uno.
Es oportuno en estos momentos, cuando el gobierno ha convocado a dos procesos de evaluación (motivo de otro comentario), saber a ciencia cierta cuál es el grado de respuesta de los maestros involucrados en ellas a sabiendas que es parte de la aplicación de la Ley 29944. Si van a participar de manera consciente o lo harán obligados por las circunstancias de no tener una directiva firme, clara y precisa a seguir en el terreno sindical. Un buen termómetro para los dirigentes de los tres bloques en el que se encuentra dividido hoy el movimiento magisterial.
15/07/2014
MI PALABRA
FELIPE TORRES ANDRADE
San Juan de Miraflores, Lima, Perú
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