martes, 14 de julio de 2009

LA RATA VUELVE A CASA


Con la sinverguencerí a que le es tan propia, el delincuente alanista Rómulo León Alegría reconoció ayer ante el juez Barreto que su tajada de los negocios de la Discover Petroleum consistiría en una bonificación del 0.5% del valor de cada barril producido.

Lo dijimos varias veces: al final de todo el enredo deliberado armado en pared por el gobierno, la Fiscal de la Nación y el Poder Judicial, Rómulo León volvería a su casa y empezaría a anunciarse que sería declarado inocente. ¿Cuáles han sido los pasos hacia este increíble desenlace?

Primero, el presidente cambia su valoración sobre la conducta de su ex ministro, y pasa de declararlo “rata”, a considerar que León y Químper eran apenas dos viejitos fanfarrones. Segundo, el juez Barreto a cargo del caso sostiene que los audios no son pruebas porque fueron obtenidos “ilegalmente” y que los archivos de la computadora de Rómulo León no pueden revisarse hasta que se consiga un “experto”. Tercero, la Fiscal de la Nación sostiene que el verdadero delito aquí son los chuponeos y el gobierno la respalda reclamando que se descubra quiénes fueron los ejecutores.

Cuarto, Rómulo León se entrega después de casi dos meses en que nadie podía ubicarlo y es trasladado al penal de San Jorge. El juez dice que permanecerá preso porque no se puede garantizar que no fugue. Quinto, la Fiscal y la policía antidrogas descubren a los chuponeadores de Business Track, que resultan amigos del vicepresidente Giampietri que se interna de emergencia en el Hospital Naval. Sexto: las computadoras y los audios de los chuponeadores tampoco pueden revisarse porque una jueza atontada mueve los archivos de un lado a otro.

Séptimo: el juez Barreto declara que la asociación entre León, con Químper, Arias Shereiber, Canaán y diversos personajes del gobierno, no constituye delito de asociación ilícita para delinquir. Esta decisión es ratificada por la Tercera Sala , con el silencio del presidente de la Corte de Lima, el aprista César Vega. A León le queda por responder por los cargos más leves: tráfico de influencias, negociación incompatible, etc. Octavo: León pasa a detención domiciliaria.

Invalidadas unas pruebas y ocultadas otras, salvados los ministros lobbystas en el Congreso y devueltos a la comodidad de sus hogares los principales implicados, estamos a un solo paso de la impunidad en el peor caso de corrupción de la década. ¿Y a quién creen que se está protegiendo con esta inmensa maquinaria corrupta?

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